"Senzo" ha sido una de mis mejores experiencias jazzísticas del año 2008 y eso que tuve unas cuantas. Y no lo digo porque aporte algo nuevo o porque el formato sea revolucionario, sino porque lo que Abdullah Ibrahim cuenta a través de sus dedos en este disco desemboca en algo cercano a lo trascendental. Se trata de una conversación a solas con su piano a lo largo de 22 cortes sin pausa. Es particularmente apasionante como va enlazando esos pequeños trocitos de historias contadas por sus curtidas manos sudafricanas y lo que sale de ellas es de tal belleza que uno no puede mantenerse al margen de ello. Es cierto, por su piano pasan temas cortos, algunos nuevos y otros no, homenajes a su esposa y a Duke Ellington, su mentor y gran influencia, pero lo que tenemos con este "Senzo" es un himno que se muestra como un todo hecho de los pequeños retales que os comento anteriormente. A pesar de lo que más de uno pueda pensar, no aburre. Más bien, al contrario, te toca el alma más de lo que debería porque al acabar, parece como si despertaras de un sueño. Y te da rabia, muchísima rabia salir de él cuando se acaba.

  • Digg
  • Sphinn
  • del.icio.us
  • Facebook