La otra tarde por fin escuché, después de casi dos meses encima de mi mesa, el primer y esperado disco como líder de Gerald Clayton después de que nos maravillara a todos en el "Ear Food" de Roy Hargrove el año pasado. Pues bien, tengo que decir que me maravilló de principio a fin hasta el punto de que creo que podemos estar ante uno de los mejores diez discos del año. El propio pianista, hijo del contrabajista John Clayton, se encarga de explicarnos, en el interior del estuche del cd, su visión sobre la música e insiste en que para él lo de la distinción entre géneros musicales es un atraso. Ve el asunto como un todo complejo y así lo plasma en su sonido. De hecho, muchas de las composiciones incluídas en este "Two-Shade" parecen comenzar de una determinada manera para enseguida tomar un nuevo rumbo, a veces cercano, pero otras no tanto, reflejado en un sinfín de recursos (soul, hip-hop, latin, bop. clásica, funk...). Clayton suena próximo a otros jóvenes pianistas como Robert Glasper o Danny Grissett pero tomando referencias como Kenny Barron o Mulgrew Miller, que también se encarga de nombrar en el interior de su álbum. Le acompañan en él dos músicos que, después de haberlos escuchado aquí, voy a tener muy presentes en los tiempos venideros: el contrabajista Joe Sanders y el baterista Justin Brown. Ambos son capaces de entrar y salir de diversos estilos con una facilidad que ya quisieran para sí muchos. Concretamente Justin Brown parece pertenecer a esa generación de baterías que parecen manejar a la perfección todo el elenco de estilos negros pues sus baquetas se escoran en bastantes ocasiones hacía el hip-hop o incluso hacia un difuminado drum 'n' bass. En resumen, "Two Shade" es una auténtica gozada de álbum y un más que digno debut que parece proyectar a su protagonista, Gerald Clayton, hacia un prometedor futuro.

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