Como uno de los máximos representantes del neoclasicismo, Oliver Lake ha sido un músico bastante prolífico en los últimos treinta años. Aunque gran parte de sus mejores trabajos se encuentran en la década de los ochenta, en la de los noventa siguió grabando grandes discos. Un ejemplo de ello es este "Edge-Ing" de 1993 que es el que más reciente tengo en la memoria auditiva. Grabado en cuarteto junto a Charles Eubanks (piano) y los legendarios Reggie Workman (contrabajo) y Andrew Cyrille (batería), Lake, que toca el saxo alto, nos presenta un sonido más "comprensible" que en otras ocasiones, con poco espacio para el free que, aunque con presencia, aparece sólo en ocasiones puntuales. Lo que más predomina es un post-bop complejo, a veces con swing y otras sin él, y con tiempo incluso para abordar un soul jazz como el "Peanut Butter" de John Hicks. Todos los músicos cuentan con cabida a lo largo de los 6 cortes que incluye el disco pues todos ellos tienen, en algún momento, su pequeño hueco para la gloria con sus respectivos solos. Me ha gustado, sobre todo, Cyrille. Es una barbaridad como es capaz de tocar este hombre, con una percusión llena de matices, cambios de ritmo y un dominio bestial del tempo. Oliver Lake toca aquí su alto con sus habituales chillidos y agudos, pero más contenido que en otras ocasiones por los que su saxofonismo se hace, esta vez, más accesible. "Edge-Ing" no está considerado como una de sus obras maestras, pero sí que puede ser un disco muy recomendable para aquellos que renieguen del jazz posterior al bop. Buen álbum para acercarse al neoclasicismo.

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