Will Downing es uno de los galanes más destacados de los últimos veinte años, un tío que derrocha elegancia allá por donde va y sacando lo que saque. Pero esto puede volverse en su contra o, mejor dicho, en la mía, y es que tanta elegancia a veces empalaga y particularmente, me cansan un poco sus últimos discos precisamente por esto último. ¡Ojo!, me siguen gustando y están muy por encima de los subproductos que nos inundan hoy día procedentes del arenbí del otro lado del charco pero al amigo Will se le está empezando a gastar la fórmula. Su último disco llamado "Classique" peca exactamente de lo mismo. Suena tan bien, tan medido todo, que me deja un poco frío aunque me guste el resultado final. Downing sigue cantando igual de bien, con esa preciosa voz grave y dulce a la vez y, sobre todo, suave como ella sola aunque en determinados momentos se nota un poquito que ya va cumpliendo sus años. Esto se olvida al escucharle atreviéndose con versiones de temas de Barry White y Marvin Gaye y eso no es moco de pavo. En los créditos del álbum encontramos al ya habitual en este tipo de producciones, Rex Rideout y buenos músicos como Ronnie Garrett, Gary Meeks o Michael White. Recomendable, interesante pero también algo cansino.