Es cierto que un servidor no es muy amante del sonido desarrollado en el soul/funk en la década de los 80, pero ante determinadas cosas uno no tiene más remedio que rendirse a la evidencia y pregonar a los cuatro vientos sus excelencias. Hay bastantes álbumes de este estilo pero uno que se puede considerar clásico entre los clásicos es el "The Many Facets Of..." de Roger Troutman. En esa época, Troutman venía de sacar, el año anterior con su banda Zapp, un trabajo tremendamente influenciado por George Clinton, Prince y los Ohio Players. Cuando Roger sacó este su primer trabajo en 1981, prosiguió enmarañado en las redes del sonido Funkadelic y, con su habitual y ya legendario dominio del vocoder, desarrolló un funk basado en las cajas de ritmo de corte sintético apoyando a la batería y bastante sintetizador en un sonido que posteriormente sería definitivo para el subsiguiente auge del hip-hop. El resultado es demoledor y contundente en la incitación al baile incluyendo la curiosa versión de once minutos que el tío se marca del "I Heard Through The Gravepine". Del resto me quedo con esa barbaridad llamada "So Ruff, So Tuff", otro rompepistas marca de la casa como "Do It Roger" y una composición de corte bensoniano llamada "A Chunk Of Sugar", en lo que supone un moderado acercamiento al sonido disco. Por todo ello, "The Many Facets Of..." es un disco que todo amante del funk debe poseer incluyendo todos aquellos talibanes que lo desdeñan por el gran protagonismo de los sintetizadores. En fin, ellos se lo pierden, como tantas otras cosas...

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