Hace no mucho tiempo me hice con algunos de los primeros trabajos de Wallace Roney. Son discos muy bien hechos, él toca de maravilla y los músicos que le acompañan en todos ellos están de lujo. La única pega que les puedo poner, y siempre desde mi punto de vista, es que me dejan un poco frío, algo que no ocurre con su etapa eléctrica rememorando el mismo sonido que su máxima influencia, Miles Davis, puso de manifiesto desde su "Bitches Brew". Esta etapa de Roney me parece mucho más rica e interesante y precisamente se abre con un álbum que he escuchado recientemente, su "No Room For Argument" publicado en el año 2000. En él rememora el sonido del Miles eléctrico,, como ya digo, pero mezclado con ingredientes espirituales a lo Trane, free jazz, post-bop, funk y hip-hop, ésta última una música muy importante para la generación del trompetista. Para introducirse en esta aparentemente difícil empresa, Wallace Roney contó con unos grandísimos músicos que ayudaron de forma decisiva a crear este maravilloso disco. Por ahí encontramos a la que era su mujer por aquel entonces, Geri Allen, al rhodes, piano y sintetizador junto a Adam Holzman, en los saxos tenor y soprano y en el clarinete bajo se encuentran Steve Hall y Antoine Roney, hermano de Wallace, en la batería, un legendario, Lenny White y en el bajo, otro que no necesita presentación, Buster Williams. Éste último, por cierto, se erige en protagonista de una de las canciones más destacadas del disco, "Homage & Acknowledgement", por reproducir la que es una de las líneas de bajo más reconocibles de la historia del jazz, la del "Acknowledgement" de John Coltrane, pieza que abre "A Love Supreme", nada más y nada menos. Me encanta en este tema como Roney rinde homenaje a Trane, sí, pero también a Miles Davis reproduciendo los sonidos que su trompeta hacía en "Filles de Kilimanjaro". Por lo demás, bastante espiritualidad, temas muy rítmicos, unos solos por parte de todos los músicos a la altura de las circunstancias y mucha muchísima música negra encerrada en sus surcos. No me atrevería a decir que "No Room For Argument" es un disco demasiado fácil, pero estaría faltando a la verdad si digo que es difícil. A tod@s los que disfrutéis del jazz, del funk, del hip-hop o, simplemente y generalizando, del groove, os tiene que gustar a la fuerza. Si no, hacéoslo mirar.

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