Si hay alguna banda importante en la génesis del hard bop a mediados de los cincuenta esos son los Jazz Messengers del batería Art Blakey. Y es que una formación por la que a lo largo de su historia han pasado grandes como Bobby Timmons, Wayne Shorter, Lee Morgan, Horace Silver, Wynton Marsalis o Bobby Watson, no debe nunca caer en el olvido. Quizá estemos hablando del combo estable más importante del hard bop, sin embargo, Blakey, antes de formar oficialmente sus "mensajeros", también publicó como líder varias obras a tener en cuenta. Una de las primeras fue su directo en el mítico Birdland de Nueva York, el cual puede considerarse como uno de las primeras acometidas de hard bop. Así, y con la añadidura del blues y del gospel al bebop inventado años atrás por Charlie Parker y Dizzy Gillespie, entre otros, Art Blakey reunió para este directo a una banda de auténtico ensueño. Compuesta por Lou Donaldson (saxo alto), Clifford Brown (trompeta), Horace Silver (piano) y Curly Russell (contrabajo), además del propio Blakey en las baquetas, la formación funciona como una máquina de tren sin frenos, perfectamente calibrada y engrasada y cuyas piezas forman un todo en pos de un objetivo común: una de las músicas más insuperables que se han podido llevar a cabo a lo largo de la historia del siglo XX. De esta forma Blakey plantaba la semilla germinal de la que, sólo dos años más tarde, saldrían los Jazz Messengers.  El resto lo pone un repertorio cargado de momentos memorables como, por ejemplo, escuchar a ese impresionante trompetista que era Clifford Brown (No se sabe dónde hubiera llegado de no ser por su prematura muerte) o la inmersion en la música de ese pianista tan completo que era Horace Silver que además compone varios de los temas del álbum,  destacando, entre otros, el grandioso "Quicksilver". A tener muy en cuenta también la versión del clásico de Gillespie, "A Night In Tunisia". Dividido en dos volúmenes, "A Night At Birdland" recoge en sus surcos uno de los directos más importantes realizados a mediados de la década de los cincuenta. Dos tomos muy interesantes para conocer de primera mano la transición del bebop al hard bop y a uno de sus abanderados más ilustres: Art Blakey, un personaje cuya música debería ser de obligado conocimiento para cualquiera que no tenga horchata en las venas.

Reseña publicada anteriormente en la página Blacksoundhistory.

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