Es real y extrañamente curioso, pero cuando preguntas a cualquier aficionado medio de Hip-Hop sobre los Last Poets o Gil Scott-Heron, seguramente te contestará que no ha oído jamás hablar de ellos, lo cual no deja de extrañarnos pues dos de las semillas más importantes para el advenimiento del rap no pueden pasar tan desaparecibidas. En el caso de Scott-Heron, ese mítico "The Revolution Will Not Be Televised" puede ser considerado como una obra primitiva de algo similar a lo que posteriormente desarrollaría la cultura urbana. Considerado un auténtico predicador de su tiempo, Gil Scott-Heron utilizaba su música soul, jazz y funk y su letras para tocar temas escabrosos, incómodos y políticamente incorrectos que iban desde las drogas a la revolución social, pasando por el compromiso social de lucha a favor de los más desprotegidos del planeta, los niños. La mayor parte de su obra se desarrolló en los años setenta junto a su inseparable colega, Brian Jackson, teclista de excepción cuyo rhodes ya es historia en la música negra del siglo XX, y que también participó en, quizá su obra cumbre y más conocida. Posiblemente entre los diez discos que un servidor se llevaría a una isla desierta, "Pieces Of A Man" simboliza y representa como debe sonar una determinada música. Scott-Heron simplemente se salió y, tanto a nivel vocal (es difícil expresar estas letras tan perfectamente como lo expresa la voz quebrada y nada virtuosa del artista) como a nivel compositivo y, como no, instrumental, nuestro protagonista parió una obra inmortal, definitoria e integradora de tantas cosas que asustaba sólo de pensarlo. No obstante, "Pieces Of Man" no sólo supone  la puesta de largo de un personaje tan carismático y especial como Gil Scott-Heron sino que también es capaz de ofrecernos uno de los mayores festines instrumentales que hayas escuchado. Señores, aquí se dan cita impresionantes músicos, esenciales para conocer la línea histórica de la black music en el siglo pasado. Lo que toca Ron Carter en el bajo y contrabajo en este disco no está en los escritos. Unas líneas que se entremezclan con los ritmos de la batería de, como no, "Pretty" Purdie creando una de las secciones rítmicas más potentes del soul. Por si fuera poco, el anteriormente citado Brian Jackson nos regala sus inmensos riffs en los teclados al igual que  el maravilloso Burt Jones en la guitarra. Por último, encontramos a Hubert Laws que, en las flautas y saxos, pone la guinda a un pastel apetitoso como pocos. Obra imprescindible. Sí, ya sé que es un tópico acabar así, pero hay cosas que no dejan margen de maniobra y "Pieces Of A Man" es una de ellas.

Reseña publicada originalmente en la página Blacksoundhistory.

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