La verdad es que lo más difícil a la hora de escribir este pequeño artículo ha sido ponerle una etiqueta. Finalmente no me he decidido por ninguna, así que todos mis esfuerzos por sintetizar en un solo estilo el disco que estoy comentando han sido en vano. No obstante, nunca me he alegrado tanto de esta indecisión y es que “Political Blues” es simplemente y a secas, música negra en el amplio sentido de la palabra. No es sólo jazz, no es sólo funk ni sólo blues, sino un conjunto de todo. Si a esto le añades los consabidos guiños a África, tenemos en nuestras manos una obra de tamaña envergadura. Y es que ese siempre ha sido el objetivo del World Saxophone Quartet desde que nació hace más de 30 años. Además, este último trabajo a su nombre constituye una de las pocas ocasiones en los que se los puede escuchar acompañados de otro tipo de instrumentación que no sea estrictamente el saxofón. Al núcleo duro del WSQ formado por Hamiet Bluiett al barítono, Oliver Lake al alto y soprano y David Murray al tenor y al clarinete bajo, se unen por y para la causa, y para reemplazar al inolvidable Julius Hemphill, el alto y soprano Jaleel Shaw y en dos cortes, Bruce Williams en los mismos tipos de saxofón. Asimismo, tienen especial preponderancia músicos tales como el trombonista Craig Harris que además firma algun tema, y la absolutamente maravillosa base rítmica formada por el gran Jamaaladeen Tacuma al bajo eléctrico y un batería, Lee Pearson, que deja la boca abierta con sus cajas, bombos y platillos y que es capaz de pasar del blues más abrasivo y sensual al funk más elegante con una facilidad que ya quisieran para sí mismos muchos baterías de rock. Sin embargo, hay dos aspectos que saltan al oído nada más comenzar: el primero es el apartado meramente musical que supone un auténtico festival afro que va desde el blues de canciones como “Spy On My Blues”, “Hal’s Blues” o la versión del tema de Muddy Waters, “Mannish Boy” con el guitarrista James Blood Ulmer como invitado de excepción, hasta el espiritual de “Amazin’ Disgrace” (con una emocionante Carol Amba Howthorne) pasando por el funk y el Hip-Hop de “Let’s Have Some Fun” donde Pearson está para hacerle una estatua y los ritmos inclasificables representados en el propio “Political Blues” en el que Murray se atreve incluso a cantar, con mucho feeling, por cierto. El otro apartado, el lírico, es el otro aspecto remarcable. En las tres canciones con parte vocal el WSQ carga sus tintas contra la administración Bush y por su actuación en los días posteriores al devastamiento de Nueva Orleans causado por el impacto del huracán Katrina, cuando se puedo ver tan solo un día despues de la catástrofe al presidente jugando apaciblemente al golf. “Political Blues” es un claro ejemplo de eso que que en su momento el Art Ensemble Of Chicago llamó Great Black Music (Gran Música Negra). Un conglomerado de todas las músicas que disfrutamos en BSH y que deberían gustar a todos y cada uno de los amantes de este sonido celestial y, por ende, a todos nuestros lectores. Todos los críticos coinciden en que este no es de los mejores discos del World Saxophone Quartet. Yo no estaría tan seguro. A los hechos me remito.

Reseña publicada originalmente en la página Blacksoundhistory.

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