Nadie cantó como ella a la desgracia humana. Lady Day es referencia obligada dentro de la música del siglo XX. Sin poseer una gran técnica ni ir sobrada de potencia, su voz irradiaba emoción y sentimiento. Este trabajo incluye 12 temas de los 18 que grabó Billie en seis días a primeros de 1957. Puede ser que sus grabaciones para Columbia o Decca tengan más interés para el coleccionista de jazz sin embargo me decanto por este disco por la gran profundidad emocional que despliega Lady al cantar, con esa voz cruda y quebrada, fruto de los excesos, que tanto la caracterizó en el ocaso de su vida. Asimismo, el álbum posee un intimismo inherente otorgado por el formato del mismo: un combo de seis músicos, entre los que destaca Ben Webster, uno de los más importantes saxofonistas de la historia. El resto se completa con composiciones de la índole de la preciosa “Moonlight In Vermont”, la conocida “Just One Of Those Things” de Cole Porter o la estandarizada “A Foggy Day”. Un toque relajado para escuchar con un whisky y un cigarro en la mano.

Reseña publicada en el número 5 de la revista Soul Nation.

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