Donald Byrd firmó, junto a los Blackbyrds y sin ellos, algunas de las mejores grabaciones de soul-jazz de la década de los setenta. En esta época su sonido causaba furor en los clubs negros y era una manera comercial y bailable de atacar el groove desde una perspectiva jazzística. Pero la impronta de Byrd no se quedó sólo en sacar discos a su nombre sino que se amplió al sector de la producción. Uno de los trabajos que se encargó de producir y tutelar fue el único álbum, "Vibes Of Truth", de una formación llamada The Three Pieces que ahora mismo acaban de reeditar en Reino Unido. La banda la componen Andre Richardson en las congas y la percusión, Lincoln Ross en el piano eléctrico, sintetizador y trombón y Jerry Wilder en el bajo y en la voz  principal. Aparte encontramos músicos adicionales como Orville Saunders en las guitarras al igual que un joven Ray Parker Jr. (al que todavía le quedaban años para sacar su "Ghostbusters"), Jack Cooper en la batería y Bobby Hall ayudando en la percusión. El sonido que despliega el combo es absoluto deudor, como no podía ser de otra manera, del Donald Byrd más soulero y funkarra de aquellos años, pero desde una óptica más vocal. Y es que si los discos de éste eran esencialmente instrumentales, en este "Vibes Of Truth" hay una mayoría de temas cantados, acompañados muy bien, eso sí, en la sección meramente musical. De todos modos, no es oro todo lo que reluce y, aunque las composiciones suenan extremadamente bien, sí que es verdad que, en general, suenan algo descafeinadas y deslucidas con respecto a otros trallazos jazz-funk de la época. Quizá si hubieran dado menos importancia a la elegancia y hubieran incluído algo más de desmelene e "imperfección" hubiera salido un trabajo más redondo. A pesar de estos inconvenientes, tenemos excelentes riffs de rhodes, buena sección de viento y un gran bajo funk.Por esta razón, "Vibes Of Truth" resulta un excelente ejemplo donde se refleja la calidad que atesoraban algunos músicos de aquel entonces y, claro, si encima estaban dirigidos por Donald Byrd, ¿para qué queremos más?. Los coleccionistas de rare groove deben estar salivando con cosas como esta.