Cuando uno se da una vuelta por las tiendas y centros comerciales, incluso mercadillos, no deja de ver clichés, absurdos o no, sobre la cultura jamaicana. Al menos, un servidor, ya está un poco harto de que se asocie siempre el mismo estereotipo basado en los canutos y en las rastas a una cultura que ha parido, entre otras cosas, una música tan maravillosamente rica como el reggae. Vale, quizá la portada del disco que estáis viendo a la derecha de este texto no me ayude mucho en mi tesis pero lo que sí es cierto es que el reggae es mucho más que porros y marihuana. Un género que tiene entre sus filas a gente como Abyssinians, The Congos, Peter Tosh, Chinna Smith, los hermanos Barrett, Toots & The Maytals, Skatalites o Burning Spear no debe ser considerado un estilo menor. Si ya con estos artistas, el reggae podría ser perfectamente un estilo más valorado de lo que normalmente es, imaginaos si en este conjunto incluímos también a Bob Marley, el más importante y transcedente de los músicos de reggae y uno de los artistas más conocidos, influyentes y polémicos del siglo XX cuya genialidad se plasmó en los setenta en varios trabajos imprescindibles. La concatenación de obras maestras como "African Herbsman", "Natty Dread", "Burnin'" o "Exodus" le valió un sitio a nivel internacional. Su primer disco oficial, "Soul Rebels", ya con sus Wailers de siempre, data de 1970, pero el comienzo de su leyenda comienza tres años después. "Catch A Fire" es publicado en 1973 y con él, canciones de la talla de "Concrete Jungle", "No More Trouble", "Slave Driver", "Kinky Reggae" y ese "Stir It Up" presente en cualquier recopilatorio serio del artista jamaicano. Las letras políticamente rebeldes y una tremenda y minimalista instrumentación a cargo de extraordinarios músicos como los citados hermanos Barrett en esa rítmica excepcional que tanto ha caracterizado a la música reggae, Bunny Wailer con sus abrasivas percusiones o el mismísimo Peter Tosh en los teclados (y voz en dos temas) son también méritos a tener en cuenta en la compra de un álbum ya mítico en la música con alma del pasado siglo. En BSH nos estábamos quedando cortos en cuanto a reggae se refiere. Lo sentimos en el alma por llegar tarde pero qué mejor manera de comenzar un periplo jamaicano, que esperamos que tenga mucho recorrido, que con el rey del movimiento. Jah ya puede quedarse tranquilo.
Reseña publicada originalmente en la página Blacksoundhistory.