Bajo el apadrinamiento y la batuta del gran Norman Whitfield, Rose Royce se convirtió en una de las bandas destacadas de la segunda mitad de los setenta. En 1977, y aprovechando el tirón que la BSO de “Car Wash” les dio un año antes, editaron un segundo álbum que valía la pena sólo por la canción que lo abría: ese “Wishing On A Star” maravilloso interpretado a la perfección por la excelsa vocalista Gwen Dickey. El resto del álbum se mueve entre el funk de primeros de década, el soul sofisticado de las baladas y el disco que ya había comenzado a aflorar en la cultura negra estadounidense por aquel entonces. Además, el citado Whitfield se torna clave en el desarrollo de este trabajo escribiendo seis de los ocho cortes que lo componen.
Wishing On A Star
Do Your Dance
It Makes You Feel Like Dancing