En 1994, Ali Farka Touré sacó, en asociación con Ry Cooder, un disco, "Talking Timbuktu", que supuso un pequeño parón en su producción de material nuevo. Hubo que esperar cinco años para que, en 1999, nos obsequiara con otra perlita de esas a las que nos tenía acostumbrados hasta 2006, año en el que tristemente falleció. En esta ocasión, el álbum se llamó "Niafunké" y fue producido por Nick Gold, fundador y cabeza visible del sello británico World Circuit Records dedicado a la publicación y difusión de las mal etiquetadas como músicas del mundo. En él, Farka Touré nos ofrece un sonido 100% marca de la casa en su empeño de acercar la música maliense al delta blues estadounidense. Para ello añade, a su voz reminiscente de John Lee Hooker o Lightnin' Hopkins, una austeridad instrumental en el que las percusiones son las protagonistas junto con los excepcionales coros femeninos procedentes del trío formado por Djeneba Traoré, Fatoumata Traoré y Djeneba Doukoure. También hay hueco, claro está, para los consabidos rasgueos de guitarra acústica y eléctrica por parte del músico maliense, una conversación que, por otra parte, pone las emociones a flor de piel. Otro elemento a destacar es la inclusión de un violín njarka en alguna composición. "Niafunké" esconde bellos pasajes que recuperan la memoria del África profunda. La voz de Ali Farka Touré ha estado siempre ahí para recordarnos que en aquel continente dejado de la mano de Dios por las potencias occidentales, existe una tradición cultural que, si se le diera eco, superaría con creces  a la europea y a la estadounidense. Así que, ya sabéis, y como siempre ocurre con los trabajos de este grandísimo músico africano, si queréis mestizaje, ver muy próximas las tierras de Mali y las del delta del Mississippi, este trabajo os facilitará la tarea. Sed curiosos y abrid vuestras miras musicales a este tipo de grabaciones. Lo agradeceréis infinitamente.

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