El que es uno de los grandes bajistas del siglo XX, Richard Davis, no se podía haber estrenado mejor en este siglo XXI. En 2001, Davis contaba con 71 años y se suponía en el declive de una carrera extensa y plagada de éxitos, pero, cuando nadie se lo esperaba, va y saca uno de los discos más preciosos que se han hecho en esta década. Se trata de su "The Bassist: Homage To Diversity", un trabajo publicado por Palmetto realizado a dúo con la inestimable ayuda de John Hicks al piano. La cosa está más que clara. ¿Qué iba a salir de semejante unión de talentos?, un disco sobresaliente. Pues sí, el dúo aborda desde una perspectiva jazzística y con suma eficiencia ambientes que van desde la música clásica al bop, pasando por los espirituales, el blues y las canciones tradicionales. De esta manera podemos encontrarnos con composiciones de Billy Strayhorn, Duke Ellington o Hoagy Carmichael así como con una versión del himno nacional negro, el "Lift Every Voice And Sing" de James Weldon Johnson. Normalmente, cuando uno ve una colaboración piano/contrabajo tiende a pensar que el primero es el que lleva la voz cantante y el segundo es un mero apoyo. Este estereotipo se viene abajo cuando comienza a sonar este "The Bassist" y retumba en tus oídos el arco poderoso del contrabajo de Davis flanqueado por las elegantes notas de un John Hicks excelso al piano que, en otras ocasiones, toma la voz cantante para mezclarse con el pizzicato de Richard Davis cuando éste decide dejar de lado su arco. En definitiva "The Bassist" es una preciosa conjugación de talentos, una magnífica conversación entre dos titanes de sus respectivos instrumentos que nos muestran, una vez más, que la música aparentemente sencilla es la más difícil de hacer.

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