Lee Fields llegó al gran público hace un año cuando, a través del sello Truth & Soul, arrivó a las tiendas su "My World", aunque lo cierto es que  los que amamos el buen soul y el buen funk como si de nuestras novias se tratase, ya lo teníamos más que fichado. El caso de Fields es muy parecido al de Sharon Jones, ambos vocalistas maduros que hacen sus pinitos en su juventud sin demasiado éxito, pero que alcanzan la popularidad a los 50 justo cuando otros inician su declive o llevan retirados mucho tiempo. Después de sacar en los setenta varios singles y hasta un elepé con ese bailongo "She's A Lovemaker" a la cabeza, digamos que Lee Fields se tomó demasiados años de vacaciones hasta los años noventa, los cuales vieron publicados algunos discos a su nombre. Sin embargo, y desde mi punto de vista, el más conseguido data de 2002 y fue publicado en el sello Soul Fire aunque su actual Truth & Soul lo acaba de reeditar. Me estoy refiriendo a su "Problems", segundo álbum de "Little J.B." tras subirse al carro unos años antes al revival funk y del que os podéis imaginar, debido a este curioso apodo, lo que trae en su interior. Junto a su banda los Explorers, Fields revive la época dorada de James Brown y su banda con una serie de grooves anclados en el funk mas radical y el soul más absolutamente puro y cristalino. Así que todo lo que os cruza por la cabeza ahora está presente en el álbum, es decir, guitarras wah-wah, metales de esos que causan impresión, baterías punzantes al estilo Stubblefield o Starks y unos vocales que rememoran hasta los gritos y berridos del padrino de soul. Este hecho es el que lastra, en cierto modo, este "Problems" y lo deja más cerca de las cuatro estrellas que de las cinco, ya que puede pecar en muchos momentos de resultar una mera copia de la música que James Brown hizo a principios de los setenta. Con todo y con eso, suena como un cañón y ahí están, para demostrarlo, trallazos como "The Right Thing", "Clap Your Hands", "I'm The Man" y, mi favorito, "Bad Trip". Extraordinaria potencia la desarrollada aquí por un madurito que demuestra ser todavía muy muy funky. Que aprendan otros.