Cuando, hace ya bastantes años, supe de la existencia de este disco me vinieron dos cosas a la cabeza, la primera: "Tiene una portada horrible pero muy cachonda" y la segunda: "Vaya nombrecito gastan estos tipos". Luego leí algo de bibliografía por ahí y fue cuando me enteré de que la The Watts 103rd Street Rhythm Band de Charles Wright fue una de las bandas más importantes del funk realizado a finales de los sesenta y durante la primera mitad de los setenta. Todos sus discos son recomendables, pero su carrera como tal comenzó con este trabajo que en algunos sitios aparece titulado como homónimo y en otros como "Hot Heat & Sweet Groove". Sea como fuere, supuso un debut potente donde los haya con un repertorio basado en un concepto instrumental claramente influenciado por James Brown y las innovaciones que éste estaba llevando a cabo por aquel entonces pero también por el sonido por excelencia del southern soul de finales de los sesenta, es decir, el sonido Stax. De esta forma, tenemos afilados metales dominando la situación, furiosos riffs de bajo y guitarra aparte de las consabidas percusiones de uno de mis baterías favoritos, James Gadson. Además repasan con éxito desigual, todo hay que decirlo, dos canciones originales de Sam Cooke ("Bring It On Home To Me") y los Beatles con el horrendo "Yellow Submarine" que, si bien tocado por esta gente puede mostrarse como algo curioso, lo cierto es que ni con buenos instrumentistas esta horrenda canción levanta el vuelo. "The Watts 103rd Street Rhythm Band", el álbum, puede ser considerado uno de esos importantes elepés que se publicaron a finales de los sesenta en los que se mostraba de una forma prototípica en lo que el funk puro y duro se iba a convertir pocos años después. Este hecho, y algunos más como la excelencia instrumental que posee, lo hacen imprescindible para conocer el desarrollo evolutivo de este género musical.

Spreadin Honey

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