Si no fuera por ese ego personal que a veces le pierde, James Carter estaría considerado hoy día como uno de los grandes. Su facilidad para tocar saxos barítono, tenor, alto, soprano, clarinete bajo y flauta es asombrosa y su registro amplísimo. Rodeado de unos músicos de excepción (D.D. Jackson al piano y James Genus al contrabajo los más destacados) a la altura en todo momento del gigante saxual, Carter firma una de las obras más destacadas de este año. Una auténtico cocktail que, como en él es habitual, recoge lo mejor de la música afroamericana en un relajante y espumoso baño que combina tradición y exploración sin apenas esfuerzo. A destacar composiciones propias como “Sussa Nita” o “Bossa J.C.” y versiones de clásicos como “Pour Que Ma Vie Demeure” de Django Reinhardt, “Dodo’s Bounce” de Dodo Marmarosa y la frenética “Hymn For Orient” de Gigi Gryce. Para quitarse el sombrero (ese que Carter lleva en su propia portada).

Reseña publicada en el número 7 de la revista Soul Nation.

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