En la segunda mitad de los setenta, el funk desembocó en la era del disco. Donna Summer y Gloria Gaynor fueron sus embajadoras más famosas, pero hubo grandes y variados artistas que cultivaron este estilo y contribuyeron a alejarlo de ese estereotipo que lo juzga como un género menor. Y si no que se lo pregunten a Nile Rodgers y Bernard Edwards, cerebros de Chic, y productores del tercer álbum de las hermanas Sledge. Kathy, Kim, Joni y Debbie Sledge pegaron fuerte en 1979 con un álbum, cuya canción homónima es ya un auténtico clásico de las pistas de baile. Gran parte de este impacto fue debido a la maestría del tándem Rodgers/Edwards que demostraron, una vez más, que los conceptos de comercialidad y calidad bien conjugados pueden llegar a ser muy interesantes.
Reseña publicada en el número 7 de la revista Soul Nation.