Me acuerdo perfectamente. Era una tarde que estaba por el centro de Madrid dando vueltas como un tonto sin saber qué hacer y me metí en el Fnac de Callao. Allí, en la sección de jazz, ví "Salt", el primer disco de Lizz Wright recién salido del horno y que todavía no había tanteado. Casualmente estaba expuesto para escuchar. Con alguna reticencia con encontrarme otra cantante del montón me puse los cascos y sonó el primer corte: el "Open You Eyes, You Can Fly", el tema de Chick Corea que en su día cantara Flora Purim. No me hicieron falta más que treinta segundos para coger el disco y llevármelo camino de las cajas para pagar. Ahora Lizz Wright se ha convertido en una de mis vocalistas preferidas. Creo que con eso está dicho todo.

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