De los Pharaohs salieron múltiples y grandiosos músicos que hicieron aun más grande la música negra desde sus respectivas y variadas influencias. Derf Reklaw fue uno de los componentes más laureados de esta importante formación y en 1998 publicó un trabajo, "From The Nile", en el que se ponía de manifiesto su querencia congénita hacia África, el caribe negro (Haití y Jamaica, sobre todo) y el jazz estadounidense. Con estas premisas, es fácil prever que estamos ante un álbum dominado por la percusión. El propio Reklaw toca gran parte de ella, ya sean djembes, congas, cencerros, quintos o tumbas aparte de saxo alto y, especialmente, flauta. Además del propio líder tenemos a Leon Mobley, componente de la banda de Ben Harper e hijo de Hank Mobley, igualmente en las congas y los djembes, a Munyungo Jackson o a Don Littleton, ambos también en elementos percusivos. También podemos encontrar en los créditos, y ya en instrumentos más comunes, a John Rangel en el piano y la marimba, Reggie Carson y Jeff Littleton en los bajos y Billy Higgins en la batería. De esta forma, un jazz espiritual de naturaleza coltraneana se entrelaza con los ritmos africanos, sobre un colchón de guiños caribeños en lo que supone un ejemplo de como atacar un repertorio basado en la multiculturalidad sin titubear. Quizá sea este este el punto fuerte de este "From The Nile" pero también su punto débil, ya que, en ocasiones, la música quiere abarcar tanto que acaba resultando algo monótona, sobre todo debido al abuso de algún corte dedicado única y exclusivamente a la percusión. Con todo y con eso este álbum esconde verdaderas joyas. Yo destacaría dos por encima de todas, un fantástico reggae llamado "We See", con el sobresaliente Dwight Trible y la versión del "Olé" de Coltrane aquí presentada en cuarteto y donde Reklaw pone los sentimientos a flor de piel con el sonido que logra sacar de su flauta. En definitiva, "From The Niles" sería una obra maestra si le quitáramos dos o tres cortes que pueden resultar algo intranscedentes o, más bien, sobrantes. Aun así, logra atrapar al oyente con su halo espiritual y multicultural y unos músicos de excepción que demuestran su valía en todo momento. No llega a las cinco estrellas, pero cuatro tampoco le sobran. Estos de Ubiquity siempre dan en el clavo.

We See

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