Cuando nombramos What’s Going on quizá estemos nombrando el disco más importante de nuestro sonido, además de uno de los más revolucionarios e innovadores. Un trabajo que cambió la visión de toda la música afroamericana hecha a posteriori y que, con el tiempo, se ha convertido en toda una reliquia artística. Corrían los primeros años setenta, momentos convulsos en la historia de EEUU. Oleadas de pacifistas recorrían las calles de las principales ciudades exigiendo justicia social y paz. Eran los últimos años de la ocupación estadounidense en un Vietnam que lentamente se desangraba y sólo hacía tres años del cruel y vil asesinato de un Martin Luther King que simbolizó la lucha pacífica de los afroamericanos por hacerse un sitio en una sociedad que les negaba el más elemental derecho civil. La brutalidad del sistema se cebaba con los más débiles y el Ku Klux Klan campaba a sus anchas a lo largo y ancho de la geografía del país más poderoso del mundo auspiciado por unas autoridades que miraban para otro lado. Con este contexto como telón de fondo, el joven Gaye sentía que no podía permanecer al margen. Preocupado por todo lo que estaba ocurriendo, por la sinrazón humana, por el odio y el rencor que se despertaba entre pueblos hermanos y por un sistema que no velaba por los más débiles sino que hacía más fuertes a los poderosos, ideó una forma de expresar todos aquellos sentimientos que fluían por su cabeza desde hacía tiempo. Y qué mejor manera de expresarse que a través de lo que mejor sabía hacer: la música.

What’s going on significó un antes y un después en la historia de su sello (Motown), pues nunca antes la poderosa discográfica presidida por Berry Gordy había tenido en sus filas a alguien que propugnara en sus discos unas ideas tan subversivas para la época y, sobre todo, de una forma tan evidente y directa. El soul, la música del ghetto afroamericano, como método de lucha para elevar la voz del pueblo ante la injusticia, eso era lo que quería nuestro protagonista. Y lo consiguió de lleno. Con estos acontecimientos como premisa, se fraguó el disco que dio la madurez musical a un Marvin Gaye que a partir de entonces se convertiría, si no lo había hecho ya, en el estandarte de Motown y, por extensión, del movimiento negro. Elegido recientemente por la revista Rolling Stone como el sexto mejor álbum de la historia de la música y en 1999 como el “álbum más grande del siglo XX” por varios críticos en una encuesta del diario británico The Guardian, What’s going on es una sucesión de poemas enlazados entre sí que engarzan y se complementan a la perfección dando lugar de esta forma a una de las mayores obras maestras de la historia de la música popular. Se trata de un trabajo conceptual, regado con la participación de excelentes músicos de sesión y donde el talento compositivo, vocal e instrumental de Marvin Gaye es la nota predominante en todos los temas. Aun así, deja parcelas importantes para gente de nivel como Renaldo Benson o Al Cleveland, co-compositores, junto a nuestro protagonista, de algunos de los temas más conocidos del álbum. Además, no sólo nos deslumbra cantando sino que también lo hace tocando baterías y teclados demostrando una versatilidad poco común. Canción a canción, Gaye va desgranando sus inquietudes y sacudiendo conciencias. Mientras que en “What’s going on” se pregunta que está ocurriendo en la sociedad, en “Mercy mercy me” construye su particular oda a la ecología pasando a su preocupación por el futuro de las nuevas generaciones en “Save the children”. Todo completado con memorables interpretaciones tanto a nivel instrumental (para la historia quedan el bajo de "Inner city blues", las percusiones afrocubanas en "Right on", las maravillosas baterías a lo largo de todo el álbum etc) como a nivel vocal, donde el sentimiento de su voz suena en cada canción como un lamento que estremece alma y corazón, complementado a la perfección por unos coros que otorgan un toque, a veces apocalíptico, a veces optimista, y que nos trasladan sólo con escucharlos al paraíso más idílico. What’s going on supone el álbum de cabecera que todo el mundo que ama este género debería haber escuchado. Probablemente el máximo exponente de cómo debe hacerse música y de cómo utilizar ésta como instrumento de denuncia social. Con este LP surgió un nuevo modo de hacer soul, más fresco, creativo e innovador pero también más crudo, real y cercano a los problemas de las minorías oprimidas. Todas estas razones lo encumbran a la cúspide de la música negra y lo transforman en referencia obligada pues su influencia queda patente en muchos de los artistas más importantes de hoy día como son los casos de Anthony Hamilton, de Anthony David o de Erykah Badu. Es mucho más que un disco, es algo que trasciende lo profano y lo material para convertirse en algo espiritual y místico. Una obra con magia propia. Gracias Marvin por este maravilloso legado.