El sello Ropeadope suele sacar siempre proyectos tan novedosos como interesantísimos. En sus estanterías cuentan con cosas como los experimentos de Harlem o Detroit reuniendo a musicazos como Geri Allen, Regina Carter, Steven Bernstein, Olu Dara, Don Byron, Taj Mahal, Bennie Maupin y un largo etcétera. Fue en 2001 cuando el primero de estos experimentos vio la luz. Bajo el nombre de "The Philadelphia Experiment" se encontraba la asociación de, agárrense, Uri Caine en el piano, rhodes y hammond, Christian McBride en el bajo eléctrico y contrabajo y Ahmir ?uestlove Thompson en la batería, todos ellos oriundos, claro está, de Philly. A esta maravillosa terna, y por si fuera poco, se añadían puntualmente las intervenciones de Pat Martino en la guitarra y John Swana en la trompeta además de Larry Gold en el violonchelo y arreglos de cuerda. ¿Qué pasó?, que en cuanto ví esa sección rítmica formada por McBride (y encima tocando el bajo eléctrico en muchos temas) y Thompson, me tiré derecho a por el disco y, la verdad, no es para menos ya que las líneas de bajo aquí desplegadas con ese sonido grueso y basto pero a la vez sofisticado casan a la perfección con la sonoridad hueca y potente de los tambores del baterista de los Roots. Si a estos dos les añades los solos y riffs de Caine con su arsenal de teclados, el resultado es de órdago: jazz, soul, funk, hip-hop y algún elemento drum 'n' bass todos ellos conjugados y mezclados entre sí para la exquisita degustación del oyente. El repertorio incluye originales de estos tres mosqueteros unidos a versiones de temas de Marvin Gaye (esplendoroso "Trouble Man Theme"), Sun Ra (tremendo el groove neo-soul imprimido en "Call For All Demons") o de los extraordinarios Catalyst ("Ain't It The Truth" y "Ile Ife") además de tres referencias a Grover Washington Jr., primero con el original de Uri Caine y Ahmir Thompson, "Grover", posteriormente con la reinterpretación a piano solo del "Mister Magic" por parte del propio Caine para finalizar con el "Just The Two Of Us" escondido al final de disco y que borda Christian McBride. Así pues, y teniendo en cuenta todos estos elementos, podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que estamos ante una obra mayúscula, repleta de groove y que puede llegar a gustar a un amplio espectro de seguidores. Y digo esto porque este The Philadelphia Experiment esconde su propia visión de la Great Black Music vista desde una óptica contemporánea. Deseando estoy de que se vuelvan a reunir.


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